un espacio para los que viven sin manual

jueves, 27 de mayo de 2010

mis gitanos verdes, un viaje y muchos sueños...

La Ruta del Califato
De Córdoba a Granada
(entre Chamberí y Devoto)

La Ruta del Califato comunica dos de las capitales más importantes de la historia hispanomusulmana: Córdoba y Granada, y pisa suelo de viejas fronteras en Jaén.
Dos ciudades protagonistas y dos siglos de oro.  De alcance universal, el cordobés refinado y dramático el granadino. Son los dos polos entre los que bascula el inmenso legado cultural, político y social que supuso la existencia de al-Andalus, una civilización de rasgos únicos e irrepetibles. Y entre ambos, un territorio de leyendas, de guarniciones, atalayas y castillos, de pueblos notables, de gentes y de costumbres.
En la Ruta del Califato se unen grandes depresiones geográficas, la del Guadalquivir y la granadina, a través de los eslabones de las sierras subbéticas, abiertas por valles y cuencas fluviales.
Es una ruta marcada por dos elevaciones: Sierra Morena en Córdoba, y Sierra Nevada en Granada.
Los territorios que conforman ésta ruta estaban incluidos, en época omeya, en tres provincias o coras: Córdoba, Cabra y la de Ilbira. Recibieron la influencia y se beneficiaron por el apogeo del Califato cordobés, cuya capital era el foco de cultura más brillante de Occidente. Fueron escenario de episodios y aventuras cantadas en el romancero medieval.

El legado andalusí: de la Mezquita a la Alhambra

La Mezquita constituía el escenario esencial de la vida cotidiana en las ciudades hispanomusulmanas. La oración, la enseñanza, la administración de justicia y las relaciones sociales confluían en su interior y en su entorno. Se distinguían claramente tres elementos: torre, patio y sala de oración. Desde la torre o alminar, el almuédano llamaba a la oración a los fieles. El patio, shan, servía para la limpieza ritual. La sala de oración, liwan, era un espacio despejado de proporciones rectangulares, dispuesto hacia un muro, al-qibla, orientado hacia la Meca.
En el centro del muro se situaba el mihrab, nicho vacío que señalaba la dirección de las plegarias. La mezquita mayor o aljama se situaba en el centro de las ciudades y de su recinto comercial y público, la medina. En sus cercanías se localizaba la madrasa o escuela de estudios, y la alcaicería, el mercado urbano de las mercancías más valiosas.
La Mezquita de Córdoba es el máximo exponente de las mezquitas andalusíes. Junto a estos espacios religiosos y civiles, destacaban los espacios del poder: alcazabas y alcázares. Eran auténticas ciudadelas fortificadas que, además de elementos militares, contenían las residencias palaciegas de los gobernantes. 

La Alhambra constituye una muestra excepcional de éste tipo de ciudades palatinas, y como tal, merece un capítulo aparte…

3 comentarios:

  1. Muy interesante!!!!
    Fotos muy bellas!!!!
    Besos amor y luz Nory

    ResponderEliminar
  2. Que pena que cuando estuviste en Córdoba aún no nos conocìamos. Podíamos haber pasado un buen rato juntas.

    ResponderEliminar
  3. Chary, amorosa, una pena de verdad. Pero tengo toda la intención de volver, y ahí mismo nos encontraremos...O vos te venís para aquí.
    Un enorme placer haberte conocido, y tenerte entre mis contactos.
    Un besote porteño!!!

    ResponderEliminar