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jueves, 18 de febrero de 2010

gitanos verdes, apasionados

Había un gitano que me decía que la Alhambra es como un cuerpo. Igual a todos, tiene su música y su aroma, que con el clima y con las horas va cambiando. En la luz de la Alhambra vive Dios o Dios vive de la luz de la Alhambra.
Los que hicieron la Alhambra sabían que ya nada tenía remedio, y por eso eligieron no elegir entre la ilusión y la verdad. Todo es cuestión de tiempo. Hay miles de besos dados allí, que repiquetean en los cristales, los muros, los cántaros. Cuántos labios caminaron por los cármenes acariciados por nubes turquesas. Las nubes del sur de España son siempre de nácar. El cielo siempre es atravesado por sudarios del color de las naranjas. Uno muere de amor una y mil veces en la Alhambra. Los que la hicieron lo sabían. No tiene remedio. Es sólo cuestión de tiempo.

Repaso algunos versos:

Contra la llama, sólo la llama.

Contra el agua, la flor del arrayán.
Bajo los artesones constelados,
pronunciaste mi nombre (…)
La voz me da la fuerza,
contra la fuerza.
Nómbrame y viviremos.
Necesaria es la muerte;
necesarios los dioses despreciables,
pero si me nombras,
¡Ay! si tú me nombras,
seré tan feliz que quizás muera.

Mas no morí, como siempre sucede, sólo dejé de ser feliz. La dicha enloda los ojos y me engañó el corazón de la Granada. Y las plazas y las esquinas se borraron. Y el mirto y el acanto también se borraron. Como en los amores gitanos hubo una luna y una saeta y la cruz de algún santo. Tal vez, incluso, un maleficio. Y estuvieron las sombras de los patios interiores, y los azahares… y también, para ciertos recuerdos, habrá un libro de agua.

2 comentarios:

  1. me parece maravillosa la pagina

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  2. Muchas gracias por el comentario. Si vuelves por aqui, dejá tu nombre, así puedo agradecerte con como es debido.
    Cariños

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