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viernes, 12 de noviembre de 2010

mis gitanos verdes, y el amor

He viajado hasta el corazón de la selva en pos de hallar un pequeño árbol de color azul porque me habían dicho que era bueno beber el jugo de sus raíces. He visitado a Jaifáz, un chamán que habita una choza de tronco y piedra en la ladera de la montaña que separa la última provincia del norte, del país vecino. La tradición dice que Jaifáz te hace tres cruces en la frente y puedes obtener el ansiado privilegio.

He puesto mi cabeza a rodar en la inclemencia de la tormenta, con la esperanza del agua purificadora o del viento arrasador, todo para limpiar los vestigios de antiguas marcas hechas de dolor y pensamientos. Mi cabeza supo ser un volcán sin sentido.
He probado cortarme las manos con varas herrumbradas en el instante en que el sol echa su primera luz sobre el horizonte, porque un amoroso personaje del cuento de Carver que leí el ultimo verano junto al mar, llevaba a cabo esta misteriosa tarea para beber su propia sangre, a ver si así podía yo sentir que liberaba los tumultos de mis ríos interiores.

He dormido noches enteras bajo las estrellas, esperando que al caer, alguna de ellas me diera la ansiada señal por donde seguir mis pasos. A tientas he roto papeles en la oscuridad, papeles que guardaban datos, números, fechas, direcciones, nombres.
Los he destruido con la intención de arrojarlos al fuego del hogar y verlos volverse cenizas, como sueños evaporados en los altares del tiempo.
Me he sometido a innumerables disquisiciones sobre los orígenes del conocimiento y de la memoria, lo hice en soledad, mientras las horas de los atardeceres cambiaban los colores del cielo, lo hice también con otros, trabajando las inútiles porfías de la verdad, creyendo que alguna vez podría alcanzar la tregua iluminada.
Descalza, ingresé a templos ignorados con la sagrada idea de cumplir la penitencia que me librara del pecado o del castigo instalado a quemarropa en algún sitio de mi vieja humanidad, ingresé con velas encendidas y viejos misales en mis bolsillos donde hallar la palabra sagrada que al pronunciarla, un cristo pagano me absolviera de la vieja costumbre del recuerdo.
Lloré por las noches antes de entregarme a la pequeña muerte que nos resucita para volver a empezar..., una vez, y otra vez, y otra..., y luego he juntado mis lágrimas en una pequeña vasija de cristal, en cuya transparencia me he quedado encandilada, soñando una suelta de palomas. Una metáfora, si, una metáfora que signara la inútil propuesta de la conciencia.
Nunca he podido decidir, y si creí que alguna vez lo había hecho, un día de noviembre se me ha revelado como una bisagra, cerrándole las puertas a la voluntad. Ni ella, ni yo, podemos hoy responder por los actos que lleva a cabo el corazón.
Él está vivo. Y cargo con su respiración día y noche.
Con los ojos cerrados, bien cerrados, inventé a cada instante la noche. Creyendo que al amanecer todo volvería a ser diferente, he cerrado los ojos..., mas, nadie me dijo que la noche puede ser también un paraíso de sol.
He puesto mi frente bajo el rocío de la madrugada, escarbando en la tierra como quien busca un tesoro escondido en las horas del sueño ajeno, creyendo que así podría salir airosa de la condena y de la gracia equivocada.

Nada pude obtener en los intersticios de mi antiguo laberinto.

Todo ha sido inútil.

Yo iba en busca del olvido. Ingenuamente, el olvido. Estaba distraída.

La huella del tiempo, te regresa. Como la eternidad.

16 comentarios:

  1. Y afortunadamente ahí están, como dos pilares aguantando nuestra figura en el horizonte, ahí nos pusieron nuestros recuerdos.

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  2. Bellísimo!!!!!! me encantó!!!!!
    Amor y luz Nory

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  3. Me gusta esta conjunción de nostalgia y amor. Eres bailarina verdad?

    Besos

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  4. Así es Luz, ahi están como dos pilares. ¡Excelentes palabras! Sobreviviendo a la desaparición de las maravillas, más fuertes que el Coloso de Rodas.

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  5. Nory, muchas gracias. Fiel amiga.
    Un beso grande!

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  6. Las Horas, encantada de verte por aqui! Es cierto, amo la danza. Bailo con y desde el alma, aunque no viva de ello.Por tal motivo, las imágenes que danzas siempre me caerán bien ;)
    Besos!

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  7. Bellísimo texto! Claro, sos bailarina, una mujer con una sensibilidad diferente a cualquiera, tenés el don de expresar con el baile un tumulto de emociones. Pero veo que con las letras también.
    Quién sabe lo que va a dictar nuestro corazón? Él decide si olvida o no, y a veces es bastante caprichoso y nos da nuestros buenos dolores de cabeza.

    BESOTES GUAPA Y BUEN FINDE!

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  8. Stanley:
    Te agradezco tus palabras. El baile es en sí mismo un tumulto de emociones. Es emoción misma. Tal como lo decís. ¡Hay tantas veces que bailo sola en mi casa! Es una fuerza poderosa...mágica... suele suceder que luego escribo. Como si ambos fueran una comunión en mi.
    Y qué decir de nuestro corazón, ese sí te deja sin palabras infinitas veces.
    Un besote también para vos, y que disfrutes el fin de semana :))

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  9. Además de buenmozo, como canta y como baila!

    Mil gracias por tu visita.

    BESOTES Y PASALO BRUTAL!

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  10. Ya lo creo STan. ¡que daría yo por tenerlo en mi mesita de luz! jaja
    Un placer pasar por tu blog.
    Que tengas un finde estupendo. Besooossss

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  11. No puedo expresar con palabras, he enmudecido... y he quedado perplejo ante tal belleza demostrada en palabras... un conjunto de emociones que han hecho de mi preso por instantes...
    Gracias Susa Eres grande

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  12. DJ, que ecantador comentario. No sé si lo merezco, pero de todos modos me lo apropio.
    Sos un dulce muchacho!
    Beso grande desde Ciudad de Buenos Aires

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  13. Lo que daría por leer un libro con tus escritos, Susa!

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  14. Epo! Bueno parte de mis escritos están en mis blogs. Cierto es que una pequeña parte, porque escribo desde hace mucho. Pero ya lo habrá, no te preocupes, y lo tendrás en tu mano.
    Gracias por el comentario chica guapa!!!
    Beso

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  15. Hermoso... texto inteligente, bien equilibrado y dosificado... y sentimientos fáciles de comprender... cordiales maullidos desde Madrid...

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  16. minino: Bienvenido a mis gitanos, también. El amor no es fácil de expresar en palabras... bueno, a veces, de casi ninguna forma de manera integral. Gracias por opinar de esa manera sobre el texto.
    Un cariño

    PD: sonoros los maullidos madrileños y encantadores ;)

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