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viernes, 8 de octubre de 2010

mis gitanos verdes, un viaje: Esta vez Irlanda.

La huella del Gigante

Irlanda es un país agreste y barrido por los vientos marinos. A su gente siempre le resultó difícil vivir y para hacerlo tuvieron que aportar esfuerzo e ingenio. Cuna de renombrados escritores, esa tierra se enorgullece de Oscar Wilde y James Joyce.
Desde los tiempos en que los celtas insulares la poblaban -primer milenio antes de Cristo- los personajes fantásticos circularon entre los lugareños que imaginaban y repetían sucesos grandiosos. Los temores infundidos por aquellos seres imaginarios alimentaban las vigilias de muchos, las batallas y las celebraciones. Viejas leyendas sobre duendes y fantasmas compartían con los gigantes un lugar destacado en sus tradiciones.

Nuestro viajero ha llegado esta vez a esos parajes seducido por los relatos increíbles que sobrevuelan la zona con sabrosas fantasías…

…El aventurero entró en una taberna de la ciudad con el propósito de sacarse un poco el frío y tomar algún trago en un ambiente placentero. El barmán, Mr. Goo para los lugareños, le espetó un resonante “Buen día” en gaélico que el viajero apenas descubrió confundido, cuando una risa estentórea le hizo recordar algo que le habían anticipado otros que ya conocían a ese país: los irlandeses son de un humor eterno y una sociabilidad poco frecuente. Mr. Goo, sin dudarlo un instante, puso manos a la obra, para demostrárselo. Eligió un gran vaso que le pareció apropiado y comenzó a llenarlo de un espumoso líquido ambarino; cuando la espuma llegaba a la mitad del recipiente, con una habilidad asombrosa, reemplazó la primera por otra bebida similar y completó el vaso hasta dejarlo lleno de un brebaje prolijamente bicolor.

—Aquí tiene amigo…una auténtico “half and half irlandés”…y ¡salud!

El viajero se acomodó para beber con la tranquilidad que deparan los espacios acogedores, con la larga paciencia que da el hallarse en el ambiente de un mítico pub irlandés de mesas redondas, manteles verdes, paredes de madera y esas luces amarillentas que recuerdan las siestas otoñales.
Desde el otro lado del salón alguien acompañó con otro ¡salud! y poco segundos después un grupo de fieles devotos del lugar y sus cuentos rodeaban al viajero proponiéndole, casi al unísono, conversación…que sobre fútbol…que sobre política…que sobre lo que fuere. Pero la voz de Mr. Goo otra vez sacudió el aire y comenzó a narrar una historia que acaparó de inmediato el interés de todos:


—En el norte de estas tierras brumosas, castigadas por la inclemencia de los vientos, se encuentra el terraplén de los gigantes, en la región de Antrim. El impresionante paraje deslumbra al que lo visite descubriendo miles de columnas de piedra volcánica, de varios metros de alto, la mayoría hexagonales, que unidas entre sí bajan escalonadas por las laderas montañosas hasta hundirse en el mar.
Los antiguos habitantes del lugar relataban a quien quisiera escucharlos que esa extraña y fascinante formación fue obra de los gigantes que asolaron la Tierra en épocas remotas. Más precisamente de uno llamado Finn Mc Cool, una criatura enorme capaz de realizar proezas increíbles.
Según los dichos populares, era un célebre guerrero que comandaba los ejércitos de un antiguo rey de Irlanda. Se cuenta que en una ocasión, mientras desarrollaba una fragorosa lucha contra un gigante escocés, Mc Cool levantó una descomunal porción de tierra y se la arrojó a su adversario, quien se salvó milagrosamente y ante ello huyó derrotado. El impresionante terrón cayó en el mar y se transformó en un isla que hoy se llama “Isle of Man”. El pozo que dejó en el piso se llenó de agua con las lluvias y se formó así el lago Neagh. Más tarde Mc Cool, precedido siempre de su fama, enamoró a una dama también gigante que habitaba en una de las islas del archipiélago de Las Hébridas, en la costa de Escocia, y para que su amada pudiera visitar su morada en Irlanda le construyó una ruta con peñascos que sesgó prolijamente. Así fue que se formó ese arrecife que se pierde en el mar del que una vez se dijera: “Cuando el mundo fue moldeado y sacado del caos informe, éste debió ser el remanente”.
Entusiasmado por la narración nuestro trotamundos pidió otra vuelta, tratando de invitar a los parroquianos.

—De ninguna manera -le contestaron- usted no violará la ley sagrada …aquí los nuevos son siempre invitados de los viejos.

Esa noche el viajero escribiría la crónica de la historia que escuchara en el pub para enviarla a su periódico en Buenos Aires, agregando:

“El clima no ofrece los atardeceres templados de las orillas mediterráneas, ni los soles tímidos de una mañana otoñal en París; no obstante Irlanda es un paraíso para viajeros informales… o escritores… Pero cuidado, si una gran sombra, como una gigantesca nube de tormenta, cubre el lugar donde estén, o si oyen estrepitosos pasos más fuertes que las detonaciones de los truenos, es mejor ceder el paso a la imaginación y quedarse quietos, porque tal vez Finn Mc Cool pase por allí buscando a su amada”.

6 comentarios:

  1. HERMOSÍSIMO EL RELATO SOBRE IRLANDA.GRACIAS, SUSANA.

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  2. Gracias Susss:
    Me alegra mucho que te haya gustado, y viniendo de vos... ¡estupendo!
    Un beso grande

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  3. Hola!

    Gracias por pasarte por mi blog y hacerte seguidora! He estado echando un ojo a tus blogs y me parecen muy creativos. He elegido dejarte el comentario en esta entrada porque hace no mucho estuve en la Calzada del Gigante y me encantó escuchar las leyendas que se cuentan sobre su origen. Buen blog, nos vamos viendo!

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  4. Muchas gracias Pruden. También encantada de haberte conocido con ésto de los Premios. Tenés un blog excelente. Y como decís, nos estamos leyendo.
    ¡Un abrazo!

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  5. Tengo muuuchas ganas de conoce Irlanda!
    Por ahora lo mas cercano que pude llegar es ir al bar the kilkenny y pedirme una cerveza irlandesa que me encantó jeje,asi que espero pronto poder ir a su lugar de origen
    saludos!!!!

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